Pues un poco toca huevos, igual sí que soy.

Este relato corresponde a un suceso que me pasó hace ya unos años. En su momento no lo publiqué no sé si por respeto o por miedo, a pesar ...

El día en que sólo quise ir al baño... de mujeres. #YoVoy8M

Este relato corresponde a un suceso que me pasó hace ya unos años. En su momento no lo publiqué no sé si por respeto o por miedo, a pesar de no dar ningún nombre. Pero ahí se quedó en los borradores, y creo que hoy es el día perfecto para sacarle el polvo. Es solo una pequeña anécdota, más graciosa que menos, pero que dice mucho sobre cuan integrado está el machismo en muchos empresarios de este pays.

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Algunas horas por semana doy clases de francés en empresas. En estos momentos tengo una clase en el departamento de informática de una gran empresa española, mis alumnos son muy majos, aunque es un grupo muy raro, 100% de mis alumnos carecen de vagina (todos son hombres, vamos). Con lo que a mí me gusta utilizar la diversidad de mis alumnos y alumnas para trabajar el masculino y femenino en las formas verbales y adjetivos...

Ayer tenía clase en ese departamento, pero como mi día había sido un poco loco, cuando llegué necesitaba imperiosamente vaciar mi vejiga. Hasta aquí, nada me hacía pensar que eso iba a ser una aventura. 

Así que llegué al despacho de mis informáticos, saludé, y les dije "ahora vuelvo que voy al baño". El baño estaba justo al lado del despacho... ah no, ese es el baño de hombres. Menos mal que por ahí pasaba un señor muy majo.

- ¿Perdona, dónde está el baño de mujeres?
- Pues gira aquí a la izquierda, y al fondo del pasillo a la izquierda, pasa la puerta de cristal, sigue hasta el fondo y a mano izquierda lo verás
(Coño, más vale no tener prisa, aquello está a la otra punta de la planta)

Tras 150 metros de paseillo, llego por fin a la puerta con el iconito de mujer con falda. Está cerrada con llave. Un limpiador (desprovisto también de vagina) muy amable se acerca diciéndome 
- ¿Qué quieres ir al baño?
- Eh... pues sí, me gustaría...
- Es que está cerrado porque ya no tenemos secretaria
- ¿Que la secretaria tenía un baño para ella solita? ¿y dónde está el baño para las otras mujeres?
Totalmente descolocado el limpiador (desprovisto de vagina) me contesta:
- Eh...es que... no hay otras mujeres

Me suele costar entender las cosas que no quiero entender así que me quedo mirando a mi alrededor, y veo a 4 otros limpiadores (desprovistos de vagina) y un montón de despachos vacíos (porque es la hora de comer). Decido entonces contestar primero a mis necesidades fisiológicas y le digo

- Aja... ¿tú me puedes abrir, por favor, o voy a un baño para hombres?
- No no, espera, que creo que la llave está por aquí
- ¡Gracias!

Así que 5 largos minutos después llego a mi aula/despacho de informáticos, y procedo a dar la clase. 

Como íbamos por el condicional, al final de la clase tenemos una pequeña charla sobre "dos cosas que harías si te tocaran 50 millones de euros" y entre los típicos "yo me iría de viaje" "yo haría una fiesta" "yo dejaría de trabajar" uno de ellos me dice (en francés, claro):

– Moi, je créerais ma propre entreprise (Yo montaría mi propia empresa).
– Ah ! Et tu emploierais des FEMMES dans ton département informatique? (¿y contratarías a mujeres en tu departamento de informática?) (llevaba una hora aguantando mi indignación, no lo pude evitar)
– Oui! J’emploierais des femmes! Évidemment. (¡Sí! ¡Contrataría a mujeres! Por supuesto.)
– Parfait! Merci.

Más adelante, entiendo (y me confirman) que en esa gran empresa española modelo de éxito empresarial varonil sólo se contratan a hombres, no sólo en el departamento informático, sino también en logística, limpieza, compra, comercial etc… Eso sí, en recepción se turnan varias mujeres, que a los clientes les gustan las voces sexy. Las mujeres podemos entrar a dar clases porque son subvencionadas y no pueden elegir el profesor.

Eso sí, no he vuelto a orinar en el baño de mujeres del fondo de la primera planta: ahora voy al de los hombres. Si a alguno le molesta, que me lo diga: le indicaré el camino del baño que está a 150 metros cerrado con llave (la verdad es que sus caras son un poema cuando, polla en mano, relajados delante del meadero, se oyen un dulce y femenino "buenos días".)

Esta situación sería casi graciosa si fuera meramente anecdótica, pero la realidad es que en muchos procesos de selección de grandes (o pequeños) empresaurios se prima a los hombres (que las mujeres no tenemos una tasa de paro más importante porque seamos vagas, es porque tenemos chocho.)

Y ese es uno de los (muchos) motivos por los que hoy, 8 de marzo, Yo Paro.
Porque si nosotras paramos, se para el mundo.







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